La exposición que organiza la Fundación Hortensia Herrero presenta por primera vez en València esculturas monumentales de Julian Opie (Londres, 1958). La muestra reúne dieciséis obras, instaladas en la plaza del Colegio del Patriarca y el Centre Cultural La Nau, que se centran en la figura humana en movimiento, caminando por la ciudad, sola o en medio de una multitud; paseando, corriendo para coger un tren o esperando en la plaza con los brazos cruzados.
La propuesta traspasa los márgenes habituales de un museo para tomar las calles del centro de València con el objetivo de acercar el arte contemporáneo a la ciudadanía. Para este proyecto el artista ha creado dos esculturas de acero de doce metros de altura y seis toneladas de peso -nunca vistas hasta ahora- que ocupan la plaza del Colegio del Patriarca y cambiarán durante unos meses el paisaje urbano de la ciudad. Las piezas representan dos figuras humanas, gente del entorno del artista a la que capta desarrollando una actividad cotidiana.
Junto a ellas, se instala un grupo escultórico de cuatro caminantes de más de dos metros cuyo origen son fotografías que Opie toma de personas anónimas que circulan por la calle. Estas piezas parecen, más que esculturas, dibujos en tres dimensiones. Y es que toda la obra del creador británico tiene su origen en el dibujo, el primer pensamiento visual de todo artista.
La muestra continúa en el claustro de La Nau con unas figuras que dialogan con la estatua de Luis Vives. Un contraste entre lo nuevo y lo viejo. Unas piezas contemporáneas enfrentadas a una escultura decimonónica de José Aixá. Una estatua académica que representa a un hombre avanzado a su época, un humanista del Renacimiento que nació en València y se formó en esta universidad, pero que se trasladó al país de Julian Opie para trabajar en la corte de Enrique VIII junto con su amigo y colega Tomás Moro. Ahora estas esculturas hacen el camino inverso al de Luis Vives y viajan de Londres a València para rendirle homenaje al pensador valenciano.
La exposición se completa con dos cajas de luz, dos cubos con más caminantes y sus conocidas animaciones en pantallas de LED, visiones de multitudes anónimas en sus quehaceres diarios en las grandes urbes. Estas piezas, con el mismo estilo de los frisos del arte antiguo de Egipto, muestran personajes con los rasgos faciales escamoteados, enlazados por las sempiternas líneas negras con que Opie sujeta a sus personajes.
Según Opie, “las primeras estatuas griegas y egipcias se tallaban a menudo como figuras en movimiento. El movimiento implícito da una dinámica y una elegancia a la figura, una percepción de intención, independencia y poder. Una figura de pie parece estar reaccionando ante quien la observa. Sin embargo, una figura en posición de caminar está distraída, por lo que se puede mirar sin confrontación. El concepto de escala es algo extraño, leemos la escala en relación con nosotros mismos —los elefantes son grandes, y las hormigas, pequeñas—, pero se puede invertir fácilmente; los sistemas solares pueden parecer pelotas de ping-pong, y los interiores de los ordenadores, ciudades asiáticas. Tenemos la capacidad de proyectar y ver desde fuera de nuestra perspectiva”.
La exposición, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de València y la Universitat de València, a través del Vicerrectorado de Cultura y Deporte, se exhibe del 27 de mayo al 19 de septiembre de 2021.
Julian Opie
Julian Opie nació en 1958 en Londres y se graduó en 1983 en la Escuela de Arte de Goldsmiths. Vive y trabaja en Londres.
Gracias a encargos de entes públicos en ciudades como Seúl, Nueva York, Luxemburgo o Zúrich y un flujo constante de grandes exposiciones en museos a escala internacional, la obra de Julian Opie es conocida en todo el mundo. El característico lenguaje formal de Opie es fácilmente reconocible y refleja su preocupación artística por la idea de la representación y los medios por los que se perciben y comprenden las imágenes.
Siempre explorando diferentes técnicas tanto innovadoras como antiguas, Opie juega con las distintas formas de reinterpretar el vocabulario de la vida cotidiana; su estilo reduccionista evoca una experiencia visual y espacial del mundo que nos rodea. El artista conecta la sencillez del lenguaje visual de la vida moderna con los fundamentos de la historia del arte abrazando la influencia de retratos clásicos, jeroglíficos egipcios y grabados japoneses en madera, así como carteles públicos, paneles de información y señales de tráfico.
Sus principales exposiciones en museos han sido en Kunstverein, en Colonia; Hayward Gallery e ICA, en Londres; K21, en Düsseldorf; MAK, en Viena; Torre Mito, en Japón; CAC, en Málaga; IVAM, en València; MoCAK, en Cracovia; Tidehalle, en Helsinki; Fosun Foundation, en Shanghái; Suwon IPark Museum of Art, en Corea del Sur; National Gallery of Victoria, en Melbourne, y Museo Berardo, en Lisboa.
La lista de proyectos públicos en los que ha intervenido incluye el edificio Dentsu, Tokio 2002; el City Hall Park, Nueva York 2004; el río Vltava, Praga 2007; Calgary, Canadá, 2012; PKZ, Zurich 2014; Carnaby Street, Londres 2016; Tower 535, Hong Kong 2016 y Fosun Foundation, Shanghái 2018.
Opie cuenta con obras en colecciones públicas de arte como la Tate, el British Museum, Victoria & Albert Museum, Arts Council, British Council y National Portrait Gallery en Londres; el MoMA, en Nueva York; el ICA, en Boston; Essl Collection, en Viena; el Museo de Israel, en Jerusalén, y el Museo de Arte de la Ciudad de Takamatsu, Japón.