Fundación Hortensia Herrero: Memoria Anual 2017

Desde la creación de la Fundación, en 2011, hemos trabajado para impulsar iniciativas que ayuden a recuperar, proteger y promocionar el patrimonio artístico, con el apoyo a todas aquellas disciplinas que fomentan la sensibilidad por la cultura, el conocimiento y la formación en la Comunitat Valenciana. Y en 2017 lo hemos hecho a través de tres grandes temáticas con las que me siento muy identificada: la restauración de patrimonio, la danza y el arte. Empezando por la primera, la restauración de patrimonio, nos hemos centrado en completar la labor realizada el año pasado en la iglesia de San Nicolás, convirtiéndola en uno de los lugares más visitados de València, con 300.000 visitantes tan solo en 2017, y creando un nuevo icono de la ciudad. En la misma iglesia de San Nicolás, hemos llevado a cabo la restauración de la capilla de la Comunión. Asimismo, la restauración de la talla de la Virgen de los Desamparados que hicimos en el año 2014, ha tenido su continuidad con la reparación de una de las puertas principales de la Basílica. Cuando vimos en el periódico, después del día de la Virgen del año pasado, que la puerta se había roto y que afortunadamente no había habido daños personales que lamentar, pensamos que tenía que completar esa celebración arreglando la puerta para que la actividad de la Basílica se reanudara lo más rápidamente posible, fue una pequeña intervención que me hizo sentirme muy orgullosa. De esta forma, seguimos participando o impulsando proyectos que nos ayuden a recuperar la sensibilidad, para que los elementos que han formado parte de nuestra historia a través de nuestro patrimonio sigan teniendo toda la dignidad y el esplendor que han tenido en el pasado. En segundo lugar, otro de los objetivos de la Fundación pasa por compartir la sensibilidad artística con la sociedad. En este sentido, hemos impulsado un proyecto del que estamos muy satisfechos, donde hemos vuelto a descubrir la obra del artista valenciano contemporáneo de mayor proyección internacional, Manolo Valdés. Y nada mejor para ello que su obra monumental que ha podido verse en ciudades como Nueva York, París, Dusseldorf, La Haya, Singapur o Dubai pero que no habíamos tenido ocasión de contemplar en su tierra natal. Seis esculturas monumentales, que habían estado previamente en la plaza Vendôme de París, inundaron de belleza la Ciudad de las Artes y las Ciencias durante más de cinco meses. En ese afán por compartir la sensibilidad por el arte que caracteriza la actividad de la Fundación, y como recuerdo de dicha exposición, tomamos la decisión de adquirir una de esas esculturas para que se quedara de forma permanente en la ciudad de València y para ello se invitó a todos los valencianos y visitantes que quisieron acercarse a la muestra, a que votaran cuál era la escultura que debía permanecer entre nosotros. Desde aquí quiero aprovechar la ocasión para agradecer a las más de 40.000 personas que se han implicado en la votación. La Pamela fue la obra elegida y La Marina de València el lugar destinado a acogerla de forma definitiva. Mensaje de la presidenta

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