Fundación Hortensia Herrero: Memoria 2023

28 29 MEMORIA 2023 MEMORIA 2023 02. PROYECTOS UNA COLECCIÓN PRIVADA DE ARTE CONTEMPORÁNEO La Colección de Arte Hortensia Herrero tiene una clara vocación internacional, con artistas contemporáneos reconocidos que están en colecciones de museos como el MOMA, el Tate o el Pompidou, entre muchos otros. La primera presentación de esta colección incluye más de 100 obras de más de 50 artistas. Nombres como Andreas Gursky, Anselm Kiefer, Georg Baselitz, Anish Kapoor, Mat Collishaw, Cristina Iglesias, Manolo Valdés, Michal Rovner, Ann Veronica Janssens, Eduardo Chillida o Tony Cragg son solo algunos de los más de 50 artistas que tienen alguna obra en alguna de las 17 salas expositivas con las que cuenta el Centro de Arte Hortensia Herrero. Junto a ellos, artistas de renombre internacional como David Hockney, El Anatsui y Peter Halley, o los españoles Miquel Barceló, Blanca Muñoz, Julio González, Antonio Girbés, Juan Genovés o Joan Miró. La colección cuenta con el asesoramiento de Javier Molins, director artístico del Centro de Arte Hortensia Herrero: “No solo hemos traído una serie de nombres destacados del arte contemporáneo, sino que hemos traído el mejor arte de estos creadores porque ha habido una gran implicación por parte de los artistas. En muchas ocasiones, se les ha pedido que hicieran algo expresamente para el centro de arte o hemos esperado tiempo hasta encontrar la obra que mejor encajara en la colección”. SEIS ‘SITE-SPECIFICS’ EN EL CAHH El espacio que alberga esta exposición, el antiguo Palacio Valeriola, ha sido restaurado por el estudio ERRE Arquitectura. A la belleza de un espacio histórico singular y que recoge toda la historia de la ciudad, además, se suma la intervención específica de seis rincones del CAHH. Se trata de seis ‘site-specifics’ que se funden con el edificio realizados por artistas de nivel internacional. Jaume Plensa ha intervenido el ábside que comunica el palacio con el jardín. El ombligo (‘melic’, en catalán, como lo bautizó el propio Plensa) del edificio, tiene ahora las paredes inundadas de letras y símbolos de diferentes alfabetos de todo el mundo. Tomás Saraceno ha instalado seis nubes formadas por tetraedros y dodecaedros irregulares cubiertos por paneles iridiscentes que llenan el vestíbulo de dieciséis metros de altura. Sean Scully ha intervenido en la antigua capilla del Palacio, llenando de color el espacio. Scully propuso realizar una intervención integral en la capilla que incluyera tanto las ventanas de las paredes como los cristales de la cúpula. Una intervención que se completaría con una de sus pinturas pertenecientes a la serie Landline, caracterizadas por las franjas horizontales de diversos colores. Cristina Iglesias ha intervenido la conexión entre el palacio y el edificio anexo, en una obra en la que el visitante podrá sentirse dentro de la misma. Olafur Eliasson ha dado vida en otro de los pasillos del edificio a un túnel con dos puntos de vista muy diferenciados: el de entrada, en el que podemos ver mil treinta y cinco cristales, cada uno con un diseño y una posición diferentes y que contienen todos los colores del arco iris, y el de salida, en el que vemos un túnel negro. Y, por último, Mat Collishaw, cuya obra se caracteriza por el tratamiento de temas clásicos de la historia del arte con la tecnología moderna. En el pasillo intervenido con pantallas digitales, Collishaw incorpora imágenes reales de las fallas junto con otras de flores y mariposas que arden como símbolo del renacimiento, del fuego purificador que todo lo renueva. Se trata, en definitiva, de seis intervenciones que, más allá de dialogar con el espacio, terminan integrándose en el propio edificio.

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